miércoles, 3 de abril de 2013

LA DECADENCIA DE LA BOLITA II - ALEJANDRO DOLINA

Seguimos disfrutando del relato de Alejandro Dolina:

II El juego del hoyo y quema


   "Pueden participar dos o más jugadores. El juego tiene lugar en una cancha de unos 5 metros de largo por 2 de ancho. La superficie de este terreno debe ser de tierra, pareja y árida, tal como la de las canchas de bochas, aunque no tan blanda.
   Es de buen gusto que un pequeño árbol se sitúe en uno de los costados. En realidad, los mejores lugares para instalar canchas de bolitas son los rectángulos de tierra que existen en las veredas del Gran Buenos Aires. En la Capital, como se sabe, las veredas llegan hasta el cordón y los espacios sin baldosas que rodean a los árboles son insuficientes. Por eso los chicos de la Provincia han sido siempre más diestros en este juego.
   Hay cuatro líneas que limitan la cancha y una que la divide en dos, llamada "mita". En el centro exacto de una de estas dos mitades, se encuentra el hoyo.
   Y aquí nos topamos con otro punto de discusión. Algunos prefieren excavar el hoyo con una chapita de naranja. Otros entierran una bolita y después de extraerla, ensanchan el cráter resultante. Los más desaprensivos clavan el taco en la tierra y lo hacen girar, obteniendo de este modo enormes cacerolas que desvirtúan el carácter del juego.
   Los jugadores se sitúan detrás de la linea de salida, que es la linea corta más lejana del hoyo. Uno a uno van lanzando sus bolitas, tratando de colocarlas en el lugar más cercano posible al citado agujero. Esto es de capital importancia, pues después del tiro de salida, el primero en jugar será quien se encuentre más próximo al hoyo. De este modo, si uno observa que el jugador anterior ha conseguido arrimar demasiado bien, mejor será que no trate de superar esa marca y busque los lugares más seguros de la cancha.
   El objeto del juego, aclaremos, es embocar en el hoyo y hacer impacto en las bolitas de los contrarios ("quema"). Los jugadores "quemados" van egresando del juego y pagando a quien los quemó. Cuando queda solamente uno, termina la ronda y comienza otra.
   Cada participante va evolucionando con su bolita conforme a una cierta estrategia. Algunos persiguen a su presa y se van acercando cada vez más, aún a riesgo de quedar ofreciendo un blanco fácil. Otros buscan siempre los jugadores lejanos y hacen tiros largos (es decir, "rugen"). Si una bolita sale fuera de la cancha, debe permanecer en el lugar donde ha quedado, para que los otros jugadores le tiren, si así lo desean." 

Continuará en la próxima entrada...


Del libro "Crónicas del Ángel Gris", publicado por Colihue en el año 2008 (20º reimpresión).

sábado, 30 de marzo de 2013

LA DECADENCIA DE LA BOLITA - ALEJANDRO DOLINA

   "Resulta difícil hablar sobre la desaparición del juego de la bolita sin entrar en espinosas controversias.
   Desde luego, se trata de un asunto complejo y puede ser examinado según criterios muy diferentes.
   Las personas sencillas afirman simplemente que se trata de una decisión de los chicos, arbitraria, inexplicable y -por lo tanto- indigna de ser discutida.
   Los psicólogos, antropólogos, electrotécnicos y aún los contadores suelen llamar la atención sobre la influencia de otros entretenimientos de emoción más sostenida, como la televisión, el billar japonés, el cerebro mágico o las palabras cruzadas.
   Los Refutadores de Leyendas niegan que haya existido jamás un juego semejante y se oponen con argumentos inexpugnables al mito de la vieja niñez romántica.
   Por el contrario, los Hombres Sensibles aseguran que la desaparición del juego de las bolitas es el resultado de una conjura universal.
   Este punto de vista es muy interesante y vale la pena elucidarlo.
   En su monografía Faltan bolitas, el pensador de Flores, Manuel Mandeb, plantea un interrogante que nos deja perplejos. Veamos.
   "... Este juego parece haber empezado a languidecer en 1960. Pero puede afirmarse que en ese momento ya hacía por lo menos 50 años que se jugaba. Entonces había veinte millones de habitantes en el país. Y no era demasiado audaz afirmar que, en el medio siglo de su auge, el juego de la bolita  había sido practicado por diez millones de individuos en uno u otro momento de sus vidas. Ahora bien, ¿cuántas bolitas poseía cada niño aficionado, como promedio? Digamos cincuenta. Multipliquemos: cincuenta por diez millones. Son quinientos millones de bolitas. Bien, volvamos al presente: ¿alguno de ustedes ha visto una bolita en el último año? Seguramente no. Yo pregunto: ¿dónde están los quinientos millones de bolitas? ¿Quién las tiene?
   Y no me digan que el tiempo las destruyó porque el viento y la lluvia no son suficientes para destrozar una bolita...
   ...Las canchas han sido arrasadas y hasta pavimentadas, los hoyos fueron rellenados, los jugadores se han visto tentados por otras disciplinas. Alguien está borrando todo vestigio del paso de las bolitas por esta tierra..."
   Inspirado quizá en el trabajo de Mandeb, este texto pretende asentar las reglas, la técnica y la estrategia de las bolitas. La tarea no es tan fácil como parece. A favor de la campaña desarrollada por los Refutadores de Leyendas y los Amigos del Olvido, casi nadie recuerda los reglamentos. Por lo demás, todos sabemos que en cada cuadra había matices en la interpretación de cada normal lúdica.
   No obstante, luego de la publicación de esta nota, es probable que algún pequeño número de Pibes Sensibles se ponga a jugar, aunque más no sea a modo de desplante ante el Universo.

I - Las bolitas
   Se trata de pequeñas esferas, casi siempre de vidrio. Su diámetro es variable: las más chicas se llaman "piojos" o "pininas", las medianas son las más frecuentes y están también las grandes o "bolones", que suelen utilizarse en el juego del Triángulo.
   Años atrás podían reconocerse diferentes pelajes de las bolitas. Las más hermosas eran las "lecheras". En ellas predominaba el blanco, siempre mezclado con algún que otro color. Eran opacas, no se podía ver a través de ellas y la variedad de diseños y combinaciones era enorme.
   Estaban también las semitransparentes, de colores fríos, casi siempre adivinaba un filamento gelatinoso y más bien repugnante. Salvo excepciones, eran unas bolitas de porquería.
   Sin embargo, la última generación de niños jugadores sólo conoció esas bolitas.
   Las lecheras desaparecieron misteriosamente. Miles de personas jamás han visto una. Las más recientes son las llamadas "bolitas japonesas", más livianas que las convencionales y totalmente inútiles para jugar. Su aspecto es el de una esfera transparente con un papelito de color en su interior.
   Todo niño poseía una bolita preferida, que era la que utilizaba para jugar. Se la llamaba "puntera". El resto de las bolitas servía para pagar las deudas provenientes del juego. Si acaso una racha adversa obligaba al niño a entregar la puntera, se le otorgaba a esta noble bolita el valor de cuatro o cinco.
   También pueden citarse -como curiosidad- las bolitas de barro, los aceritos y hasta las de plástico (indefectiblemente ovaladas).
   La identidad de los fabricantes de bolitas es un enigma. Nunca hubo marcas, ni envases, ni publicidad. Algo muy raro debe haber en todo esto."

Continuará en la próxima entrada...

Del libro "Crónicas del Ángel Gris", publicado por Colihue en el año 2008 (20º reimpresión).

jueves, 21 de marzo de 2013

VIENTO DE OTOÑO, ¡BARRILETES!

Fuente
Barrilete

Alta flor de las nubes
-lo mejor del verano-
con su tallo de música
en mi mano sembrado.

Regalo de noviembre,
nuevo todos los años
para adornar el día, 
para jugar un rato.


Banderola de fiesta
que se escapa volando...
Pandereta que agitan
remolinos lejanos.

Pececillo del aire
obstinado en el salto.
Pájaro que se enreda
en su cola de trapo.

Luna de mediodía
con cara de payaso.
Señor del equilibrio.
Bailarín del espacio.

Ala que invente el niño
y se anuda en los brazos.
Mensaje a lo celeste 
corazón del verano.


Ana Pelegrín incluyó esta obra de la poeta salvadoreña Claudia Lars (1899-1974) en su maravilloso libro de  "Cada cual atiende su juego. De tradición oral y literatura".

martes, 1 de enero de 2013

UN NUEVO JUEGO


En el inicio de este nuevo juego,
 lleno de desafíos, palabras y frases por construir y descubrir, 
 deseamos que tengan los mejores compañeros para jugar, 
que las letras que vayan saliendo sean las más favorables, y 
que, por sobre todo, sea una partida jubilosa y placentera.

¡Miles de buenas fichas para todos en este nuevo comienzo! 

domingo, 23 de diciembre de 2012

NOCHEBUENA

Fuente

Desde Itinerarios, les deseo una Noche Buena lúdica 
(alegre, placentera, festiva)  a quienes profesan la fe católica 
y celebran reunidos, 
y a quienes profesan otras religiones o ninguna. 
¡Que sea una bella noche de creatividad y encuentro!

Fuente

domingo, 9 de diciembre de 2012

TROMPOS


Tops (1969)


Ray y Charles Eames hicieron este video tan hermoso.
Ellos fueron una pareja de diseñadores americanos (él arquitecto y ella pintora y escultora), a quienes ven aquí en pleno trabajo:

Seguramente conocen estas bellas, populares y comodísimas sillas diseñadas por ellos en 1950, para un concurso propuesto por el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
O esta:

Como verán, era gente muy seria que se dedicaba a cosas importantes, como apreciarán en estas fotos:




Un dúo talentoso, creativo y lúdico que no podía estar ausente de estos Itinerarios. Volverán en otra oportunidad, ya que hay más cosas para compartir en nuestro blog. 


Mientras tanto, pueden saber más de ellos entrando en esta página: http://www.eamesoffice.com/