En agosto de 1969 la revista del
diario La Nación se preguntaba en su tapa
“¿A qué juegan los niños ahora? ¿A qué jugaban los de antes?”, y dedica
varias páginas a buscar respuestas.
En ese año, dice que “los baldíos
porteños se llenaron de cemento y ladrillos trocándose en edificios torre. Los
que quedan fueron convertidos en playas de estacionamiento. En las calles, ya
no caben ni los autos. Sólo en extramuros o en la zona portuaria se puede armar
el picado.“
“¿Hay algo que enternezca más que
contemplar a una nena dar la mamadera a su muñeca? ¿Puede alguien dudar que en
esta rubiecita aflora ya el entrañable instinto maternal? Esta imagen no cambió
con los tiempos. Pese a los juguetes electrónicos, las niñas son fieles a las
muñecas.”
“Un Indianápolis de living,
desmontable, para que quepa en los departamentos modernos. Ya han brotado
decenas de comercios en los que se arraciman los purretes en torno de la pista.
La habilidad está en saber manejar el pulsador.”
“Tercera rodiiiiila en tierra… El rango y mida es, como el tinenti, la rayuela, el balero o las bolitas, otro de los juegos que casi han desaparecido. Los sociólogos dicen que también los chicos se adaptan a los nuevos tiempos.”
"El último "boom" de la industria del juguete. Lo provocó la televisión. Las fábricas no dieron abasto para producir tantos Topo Gigio como reclamaban los pequeños clientes. Aquí, en la banquina marplatense, un ejemplar gigante."
"¿Será un viajero del espacio? ¿Estará conquistando mundo extraterrenos? Casco y pistola máuser en ristre, el chico imagina rivales a los que, sin duda, vencerá. En la lucha entre el bien y el mal, el chico siempre quiere encarnar al bien."
“Bolita, cola; bolita, cola. Hoyo antes que quema. Son frases casi desterradas. Es infrecuente hoy ver a los chicos jugar a la bolita, el entretenimiento de tantas generaciones. Algunos chicos nos han dicho que ya pasó de moda. ¿Será cierto?”
“El mundo marcha sobre ruedas. Hay que aprender desde chicos a pasar los semáforos con luz roja, a cruzarse, a correr. En realidad, todo lo contrario procura la pista que el Automóvil Club tiene en Palermo, y que los fines de semana dedica a los niños.”
Manuel Franco, el autor de esta nota, se pregunta "¿Y ahora, a qué juegan los pibes? Además de consumir cantidades industriales de chiches de plástico, material que hace tiempo invadió el mercado y desplazó a la antigua baquelita y al celuloide, demuestran estar al día cuando prefieren cascos de astronautas, aviones ultrasónicos, automóviles en miniatura, cohetes teledirigidos, pistas eléctricas con coches de carrera dirigidos por pulsadores o helicópteros con luces intermitentes y alas giratorias, ademas de platos voladores y equipos de caza submarina, sin contar los elementos para armar de goma o plástico que han reemplazado casi al tradicional mecano de chapa y tornillo?"
"De todos modos hay constantes que unen a los niños de todas las generaciones. Por ejemplo la muñeca, en el caso de las niñas, y la pelota en el caso de los varones."
Se nota cierta nostalgia por los juegos perdidos, producidos por los cambios en la sociedad en general que se expresan en las actividades lúdicas de la infancia, pero a la vez es un documento de época que retrata las formas del juego infantil en los finales de la década del '60.
Cuántos recuerdos... De chica me impactaba el scalextric gigante que había logrado armar mi primo. Me encantó la frase final del artículo acerca de lo atemporal de la muñeca en las nenas y la pelota en los varones, Es impresionante como los adultos seguimos manteniendo estas construcciones de género a través de juguetes y juegos. Hablando de muñecas y de aquellas épocas, conservo una Piel Rose negra, aunque con rasgos idénticos a las muñecas rubias...
ResponderEliminar¡Gracias Patricia por estos viajes por el tiempo!!
Esta nota demuestra que para todas las generaciones "los juegos del pasado siempre fueron mejores..." (j!) Gracias Patri, por este nuevo rescate. Pía
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